Revista Nacer y Crecer

Chicos aburridos en casa ¿Qué hacer?

Cuando están en casa dan vueltas, y aunque tengan muchos juguetes, no juegan a nada. O están con la PlayStation o miran la tele, sino dicen que están aburridos. ¿Qué hacemos para revertir esta situación y aprovechen su tiempo?

“Mamá, estoy aburrido” esta frase se suele escuchar cuando los chicos no están en clases y esto angustia a los padres. ¿Por qué se aburren rápido? ¿Hay que organizarles una agenda con muchas actividades extra colegio? Es necesario que los niños no pierdan la capacidad de generar juego libre y propio, evitando que todo lo que hagan esté pautado o programado.

Muchos padres se angustian con la presencia de los chicos en casa porque dicen aburrirse rápido, ¿qué se puede hacer? Atender sus pedidos es muy importante. Pero no quiere decir esto hacer lo que piden, sino escucharlos en primer lugar.

Las vacaciones o tiempo de ocio son un tiempo de descanso en las complejas agendas infantiles de la vida actual. Es cada vez más frecuente encontrar niños que no tienen tiempo libre durante la semana, ya sea en vacaciones o en temporada escolar. Esto no siempre está en relación con sus propias necesidades, sino muchas veces son exigencias de los padres, o simplemente es una manera de ocupar su tiempo porque los padres tienen sus propias agendas completas.

Esta situación hace que se vaya perdiendo la capacidad de los niños de generar juego libre y propio, todo lo que hacen parece estar pautado o programado. Es por eso que cuando se encuentran con tiempo libre pueden decir que están aburridos o que no saben qué hacer.

La respuesta de los padres a veces es volver a completar la agenda del niño ¡aún en vacaciones!, mandándolos a la colonia o a talleres de actividades de verano. Si es posible que los chicos se queden en casa durante el período de vacaciones, es una buena oportunidad para dejarlos aprender a organizar su tiempo y a crear sus entretenimientos.

Lo principal: divertirse con ellos

 Se les puede ofrecer materiales o hacer sugerencias para que exploren, por ejemplo, invitarlos a limpiar algo jugando con agua, dejarlos cocinar, decorar o pintar elementos de la casa. Pero también los chicos necesitan un tiempo de calidad con el adulto, los juegos de mesa, las escondidas, juegos tan tradicionales como el “dígalo con mímica” o “tutti-fruti” según la edad del niño, ir a la plaza o a conocer algún lugar de la ciudad. Un tiempo solos y un tiempo compartido es un equilibro necesario cuando padres e hijos están en casa. En algunas oportunidades también para los adultos es todo un desafío aprender a disfrutar el tiempo libre.

Creatividad

Sintonizar con sus competencias suele ser una buena posibilidad que alienta la creatividad. La creatividad es una capacidad que requiere de un espacio libre para desarrollarse, no se puede estimular como otras habilidades, se puede ofrecer el lugar para que se despliegue. Las personas creativas ni siquiera necesitan que se le ofrezcan los elementos, ellos mismos los crean o consiguen. Con los niños tal vez lo importante es no bloquear la creatividad limitándolos, rechazando sus ideas, planeando todo por ellos. Dejarlos y apoyarlos en lo que propongan, (siempre que sea posible, y cuidando factores de riesgo domestico) es seguramente una forma de dejarlos crecer y ser creativos.

Siesta: ¿castigo o no?

Deben dormir la siesta en tanto atienda a sus necesidades. La siesta es una necesidad para algunos chicos, para otros no. Regular y ordenar el descanso de un niño pequeño es necesario, pero no más allá de los 3 años, ya que allí los padres saben si el niño necesita o no descansar durante el día. Muchos niños no necesitan dormir siesta y por ese motivo la viven como un castigo. No es recomendable que las funciones vitales como el sueño o la alimentación sean vinculadas a premios o castigos.

Ayudar en el hogar

La participación de los niños en las tareas domésticas debe estar en relación a su capacidad, se puede pedir a un niño muy pequeño que guarde sus juguetes y a un niño más grande que ayude en otras tareas, también se los puede invitar a participar de tareas domésticas como un juego, donde el objetivo no es la actividad sino el placer de realizarla, como puede ser limpiar o lavar jugando con el agua y el jabón, cocinar, vaciar armarios o cajones que luego el adulto quiere ordenar.

Asesoró: Dra. Edith Vega. MN 14363. Psicóloga de Fundación Hospitalaria– Fundación Aigle y Lic. Estela Chardon de Fundación Aigle.

Exit mobile version