Revista Nacer y Crecer

Llega el Día de la Madre… y venimos pedigüeñas

Por @humorDESmadre, Escritora y bloguera argentina, también mamá primeriza muchas veces al borde del colapso.

Y muy a nuestro favor tenemos el factor de que quizá ya hemos terminado de abonar las cuotas del Día del niño y todavía no pensamos en Navidad con lo cual no caben excusas, nos merecemos algo más que collar de mostacholes pintados (aunque debemos decir que el collar hippie-kid nos derrite de amor).
Pensando en EL día de la madre no se me ocurre más cliché que el de decir: “madre se es todos los días” y por supuesto, debe ser la única gracia irrenunciable en la que nos sumergimos aunque por tanto la más gratificante.
Porque así como no separamos residuos únicamente el día de la Tierra, ni leemos un libro solo el día del lector, se materna todo el año a indiscreción.
Si tuviéramos que rendirnos homenaje hasta me arriesgaría a pedir que el día de la madre durara una quincena.
Y en verano preferentemente, aunque tirando a la segunda de febrero y post carnaval. Mucho tumulto de gente sino.
La lactancia materna ya ganó una semana entera de celebraciones, pero ¿LA MADRE es quien da la teta y tiene un día solo? No me cierran los números.
En una quincena podemos hasta ligar un viaje, imagínense, soñemos despiertas que es baratito, siempre creemos que no vale la pena pagar un pasaje por pocos días, acá ya no hay excusas, tenemos dos semanas. Y siendo octubre empalmamos el día de la raza y nos apoderamos casi del mes entero, porque ser mujer también es un poco eso, ¿no? Ir ganando terrenos, lo hacemos desde los comienzos de la humanidad y míranos ahora, ya casi ganando quince días de arriba.
Expectativa: All inclusive mata electrodoméstico. Realidad: Ostende mata pava eléctrica.
Algo muy positivo es que cada vez escucho menos acerca de regalos que incluyen un quehacer del hogar y eso es bueno. Habla de un crecimiento como sociedad, habla de nosotros siendo mejores o parejas que se sienten al filo del peligro de dar un paso en falso.
Porque nos puede encantar la cocina pero si compramos una batidora nueva que sea por placer y fuera de fechas especiales, que sea por amor a las pasiones.
Pero sea como sea, el beneficio lo abrazamos nosotras. Ahora quien sabe si nos sorprenden con un día de spa (acá empieza el segmento de indirectas para que sus maridos arranquen a leer la columna), o nos sorprenden con una cajita de bombones y entrada al teatro, ¡o con lo que nos llene! Y no hablo (solo) de comida, hablo de alimento al alma. Porque una madre es muchas cosas pero para ser madre idealmente deberíamos nutrir a la mujer que hay en nosotras.
¡Feliz día a todas las madres! A las propias, a las ajenas, a las que crían del corazón, a las que dan cobijo cuando nadie más lo hizo, porque para ser madre nunca ha sido excluyente haber parido

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