El lenguaje que tienen los papás con sus bebés no es el mismo que tienen las madres con sus pequeños. Es como si hablasen otro ‘idioma’ entre ellos. El vínculo de la madre con su hijo se crea cuando el pequeño está aún en su vientre. El vínculo que establece el padre con el bebé es más tardío.
La ternura de los papás con sus bebés
El vínculo de la madre con su bebé nace y renace a cada momento, durante la lactancia, el cambio de pañales, a la hora de dormir, de pasear, de llevarle en los brazos. En cuanto a los padres, congeniar con el bebé representa todo un reto para ellos. Los papás no pueden tratar de ser otra mamá, ni deben. Deben ser ellos mismos y establecer un vínculo con el hijo a su manera. Al fin y al cabo, cuidar a un bebé recién nacido no implica sólo darle el pecho, o tenerlo limpio y estimularlo. También requiere crear vínculos afectivos a través del tacto, del juego, de llevarle a dormir, atenderle o hablarle.
Es enriquecedor para el bebé que tanto la madre como el padre establezcan un canal de comunicación y un vínculo con él. Se aprende poco a poco, solo es cuestión de querer y proponérselo. Hay padres que no llegan ni a eso. Les da miedo mancharse o ‘matar de hambre’ a su pequeño. Otros son muy creativos para calmarlos o dormirlos.
Como conectan los Papás
Los padres tienen una forma muy particular de conectar con sus hijos. Sin duda, muchos de ellos son más ingeniosos, más creativos y menos temerosos que nosotras. Los papás son muy particulares en estos temas, principalmente cuando el bebé es aún muy pequeño. Algunos sólo consiguen interactuar con sus hijos a partir de los 6 meses, cuando el bebé ya sujeta la cabecita y empieza a balbucear.
Sin embargo, hoy los padres se involucran mucho más en el cuidado de su bebé. Comparten crianza #mapaternidad. No importa, si a nuestro parecer lo hacen bien o mal. Lo que importa es que ellos lo intenten, hasta el punto de que hay padres que, por increíble que pueda parecer, cuidan mejor de sus bebés que las madres.
Las tareas
¡Hay padres que lo llevan genial! Puede que no les vayan bien lo de vestir al bebé, pero lo de llevarlo de paseo, al pediatra o a la guardería, se les da de maravilla. Sugerir aventuras, entretenerlo mientras come, calmarle a la hora de dormir o leerle un cuento, también les va muy bien a algunos. No sé si será por eso, pero la primera palabra que suelen decir los bebés es ‘papá’.
Se suele hablar de todas las incidencias que tiene la llegada de un hijo en las emociones de la madre y bastante poco se habla de lo que a los hombres respecta. Tanto unos como otros están construyendo sus propios estilos de ser padres, y en ese recorrido transitan dudas, inquietudes, contradicciones con modelos antiguos y actuales, sumado a los rasgos más singulares los propios.
Las mujeres reciben mucha información acerca de lo que de ellas se espera en relación a los modelos conocidos. En el caso de los hombres, los modelos culturales también los afectan aun cuando ya no son actuales o no están de acuerdo con sus premisas. Para ellos la brújula será: llevar el pan a la familia. Por eso, a partir del momento en que se planifica la llegada de un integrante más, se genera en los hombres la tensión por aumentar sus ingresos o agrandar la casa.
Qué sucede cuando por diferentes razones en la dinámica familiar es el hombre quien queda a cargo de lo doméstico y la mujer sale a trabajar. La gran participación activa de los hombres, tanto en el acompañamiento en el embarazo como en la crianza de los niños en sí misma, trajo nuevas modalidades de paternidad más comprometidas, activas y con nuevos roles. El mundo doméstico les ha abierto sus puertas, incluyéndolos en lo que antes era netamente femenino.
Los papás y los roles tradiciones
Estos cambios favorecen otro vínculo entre padres e hijos más cercanos. No es sólo la mujer quien apura su paso para llegar a casa porque extraña a su bebé. Por eso no es poco frecuente que estos roles sean repartidos de una manera diferente a la tradicional y se conviva con eso de una manera más naturalizada y sin consecuencias sobre la masculinidad. Hoy esto es vivido como algo circunstancial sin consecuencias desfavorecedoras sobre los niños ya que hombres y mujeres -padres y madres- no tienen en la actualidad roles antagónicos, sino complementarios.
Es esperable que cada pareja resuelva de qué manera complementarse, intentando juntos articular sus estilos, necesidades, rasgos más profundos para lograr una dinámica y modalidad familiar, un proyecto en común. Ésta puede ser una etapa de mucho crecimiento si hay dos personas atentas, dispuestas a registrar realmente lo que sucede, con posibilidad de diálogo sincero y humilde en relación a las necesidades de cada uno, en combinación con las demandas que el bebé manifiesta.
Se trata de la búsqueda por parte del hombre de un lugar que le cuesta identificar, encontrar y definir dentro de la casa y es que presenciamos un cambio de modelo con la dificultad de no contar con referentes. La sugerencia es que el padre no tiene que maternar, sino sostener a la madre en su rol y cumplir su función paterna.