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Cuidados y limpieza del recién nacido

by Nacer y Crecer
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Ante el nacimiento de un bebé, hay cuidados que deben quedar a cargo del personal profesional y otros que deben ser asumidos por los padres en forma diaria cuando llegan a casa, quienes tienen temor de manipular al recién nacido por su fragilidad, sobre todo si son primerizos.

Aquí te contamos algunos cuidados en la limpieza del recién nacido a tener en cuenta.

La pérdida de peso, de aproximadamente el 7% del peso al nacimiento durante los primeros días de vida, se considera normal y ocurre en la mayoría de los RN (recién nacido).

La evacuación del meconio (una sustancia verde y pegajosa que contiene lanugo y células procedentes del líquido amniótico deglutido y de las secreciones intestinales), y la desecación del cordón umbilical justifican una parte de esa pérdida. De todos modos, la mayor parte se debe a las pérdidas urinarias y a las perdidas insensibles de agua.

Veamos algunos de los cuidados a tener en cuenta.

La cabecita: fontanelas

Fontanela es uno de los muchos términos que aprendemos cuando tenemos un bebé. La fontanela es un espacio membranoso, no osificado, que separa los huesos del cráneo del recién nacido. De esta forma se facilita la salida por el canal del parto y el crecimiento del cráneo durante el primer año de vida.

En el nacimiento, hay dos puntos suaves, o fontanelas sobre la cabeza del bebé. El más grande tiene forma de rombo y está hacia el frente, el más pequeño está localizado atrás de la cabeza. Estos puntos suaves son áreas donde los huesos del cráneo todavía no han crecido hasta juntarse.

El más pequeño cierra dentro de los 2 a 6 meses después del nacimiento, y el más grande usualmente cierra hacia los 18 meses. Las fontanelas tienen una cubierta resistente y membranosa, así que el cuero cabelludo puede ser cepillado y lavado suavemente con jabón neutro sin causar daño al bebé.

El recién nacido comenzará a sostener su cabecita a partir de los 3 meses, por lo tanto, al incorporarlo, hay que sostener con firmeza, su cuello y espalda.

La membrana que forma las fontanelas es muy resistente, por lo que no hay que tener miedo de tocar la cabeza de tu bebé, peinarle o frotarle el pelo.

Hay que evitar los golpes, de la misma forma que los evitamos en los niños mayores o en los adultos.

El pediatra comprobará el estado de las fontanelas en las revisaciones periódicas. Al tacto deben sentirse firmes y muy ligeramente curvadas hacia dentro. Es normal sentirlas pulsar. Será una emergencia médica si una fontanela está realmente abultada, sobre todo si el niño tiene fiebre o aletargamiento o si está hundida.

Cordón umbilical

La pinza de plástico del cordón debe retirarse a las 24 horas. Para acelerar este proceso y reducir la posibilidad de una infección, hay que realizar una aplicación  diaria de alcohol al 70% en su extremo.

El cordón debe observarse diariamente para comprobar la ausencia de enrojecimientos, hinchazones o secreciones, ya que por esa herida pueden producirse infecciones, y es el primer blanco de colonización por parte de las bacterias.

Generalmente, el cordón umbilical se desprende entre los 3 y 12 días de vida del recién nacido.
Una vez bien seco, cubriremos el cordón con una gasa estéril a la que añadiremos alcohol de 70º. Esta gasa se cambiará cada vez que sea necesario, si se mancha de orina o heces repetiremos todo el proceso de limpieza.

El cordón estará infectado si notas que hay pus en la base del cordón o que el ombligo del bebé y la zona que rodea al ombligo están rojos e hinchados, si esto sucede avisá a tu médico.

Cordón umbilical con broche plástico

Limpieza del recien nacido, limpieza corporal

Este momento les brinda a los padres y a los bebés un momento especial para estar juntos, estrechar sus vínculos y brindarse amor.

A la semana de haber nacido el bebé ya podrá ser bañado, es importante bañarlo diariamente, ya que mantener una buena higiene evita la puerta de entrada de gérmenes que producirían infecciones en el recién nacido.

Bañar al bebé utilizando una bañera pequeña o la pileta de la cocina. Ésto ayudará a los recientes padres a evitar dolores de espalda y de rodillas. Tu bebé también podrá sentarse más cómodamente en bañeras de este tamaño.

La temperatura del agua debe estar en los 36 grados, y el ambiente debe tener una temperatura cálida y agradable.

Utilizaremos jabón de PH Neutro.

Tendremos especial cuidado en higienizar los pliegues del bebé, los cuales deben ser bien secados para evitar las micosis, que suelen producirse en los pliegues del cuello, axilas e ingle al quedar húmedos.

Lavar su cuero cabelludo dos veces a la semana, utilizando un paño ligeramente enjabonado, y luego enjuagarlo muy bien.

Finalmente, hay que envolverlo con una toalla tibia y suave, y secarlo con mucho cuidado. Nuevamente, asegurarse que el área de sus genitales esté completamente seca para evitar que el pañal pueda paspar o provocarle un sarpullido en dicha zona.

Otras precauciones en la limpieza del recién nacido

Los padres y las personas que rodean al bebé, también tienen que tener precaución respecto a la expectoración ya que al estornudar o simplemente hablar se lanzan gotitas de saliva que son contaminantes y pueden transmitir virus al niño.

Por otro lado, independientemente de las precauciones que tomen los padres, existen otros elementos que pueden afectarlos, como las alergias, tan frecuentes en estos tiempos. Es por eso que es sumamente importante lavarse las manos antes de tocar al bebé, siempre.

La piel del bebé es delicada y puede presentar diferentes reacciones alérgicas.  Otro aspecto a tener en cuenta es el sol, los padres tienen que tener especial atención con ello. Un RN no debiera exponerse al sol indebidamente ya que el uso de bloqueadores y filtros solares no es recomendado, solo en bebés mayores a 6 meses de edad.

Asesoró: Dra. María Verónica Farina – desde Santiago de Chile

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