Home TRAVEL Vacaciones inteligentes. ¿Cómo cumplir con tus expectativas de descanso?

Vacaciones inteligentes. ¿Cómo cumplir con tus expectativas de descanso?

by Nacer y Crecer
1 comment

Por lo general, cuando llegamos a fin de año sentimos la necesidad de tomarnos el tan merecido descanso. Te damos algunas claves para realizar “vacaciones inteligentes” porque es tan importante planificar el trabajo como las vacaciones.

¿Por qué en vez de pasar gratos momentos, descansar y disfrutar, a veces sucede  todo lo contrario? ¿Qué cuestiones son importantes tener en cuenta para cumplir el deseo y expectativas de todos los integrantes de la familia?




Nos pesa el cansancio, producto de todo lo que hicimos durante el año: el trabajo, la rutina, los horarios, las obligaciones… Y esto suele darse en todas las edades, tanto en niños y adolescentes como en los adultos.

Nos enseñó el Dr. Arnaldo Rascovsky que la noche, los fines de semana y las vacaciones son momentos donde se aflojan las exigencias del “superyó”. Este es un concepto psicoanalítico que S. Freud describe como el representante, dentro del psiquismo humano, de las normas parentales y sociales, que muchas veces tiene una fuerza excesiva.




Ahora bien, ¿por qué en vez de pasar gratos momentos, descansar y disfrutar, a veces sucede  todo lo contrario? ¿Qué cuestiones son importantes tener en cuenta para poder disfrutar nuestras tan esperadas y merecidas vacaciones?

Organización y planificación

Uno de los temas fundamentales para lograr este objetivo es la elección del lugar y del momento, teniendo en cuenta las distintas etapas de la vida de cada uno, de la pareja y de la familia.

Son distintas las necesidades de una pareja sin hijos, que las de una familia con un bebé de meses, con niños pequeños, o con hijos adolescentes. Según cada edad, cada uno tiene necesidades y expectativas distintas para las vacaciones.

Por ejemplo, en el caso de una pareja con un bebé muy chiquito, es necesario elegir bien el lugar donde vacacionar, teniendo en cuenta el clima (ya que no es conveniente que el pequeño esté mucho tiempo en contacto con el sol, sobre todo a determinadas horas del día), la cercanía a centros de salud, etc.

En tanto los hijos son pequeños, los padres toman la decisión sobre el destino y la época del año para tomarse las vacaciones, pero en la medida en que los chicos se van haciendo más grandes y empiezan a tener sus preferencias y sus propias actividades, y será necesario tenerlas en cuenta a la hora de elegir.

Muchas veces las vacaciones tienen el significado de hacer un cambio, por ejemplo el de empezar a independizarse de los propios padres, y ésto no sólo en el caso de los adolescentes sino de una pareja y también de familias jóvenes (y no tan jóvenes).

En muchas familias es una costumbre muy arraigada el irse de vacaciones todos juntos (abuelos, hijos, nietos, tíos y primos), todos los años al mismo lugar.




Pero a veces, puede surgir la necesidad en alguno de ellos de irse por su cuenta a otro lado.

En este caso las vacaciones, por tener una carga excesiva, pueden dar lugar a excesos y descontrol, lo cual trae consigo graves inconvenientes. Esto ocurre cuando se apela al mecanismo de la manía, intentando negar las vivencias de desamparo y soledad que puede producir la separación de los padres, cuando la situación no fue analizada y elaborada adecuadamente.

Peligros de las vacaciones

Hay gente que no se va de vacaciones por años y no por problemas económicos, sino justamente por el significado de abandono y desamparo que tiene el hecho de tomar distancia yéndose a otro lugar, de cortar con el trabajo y con lo conocido, y separarse de ello.

A veces cruzar la frontera y estar en otro país puede ser muy atractivo, pero puede incrementar estas vivencias.

Esto es importante trabajarlo en una terapia para poder superarlo.

Los riesgos durante las vacaciones, en general, están asociados a la manía y a la depresión, cuya consecuencia es justamente el no poder disfrutarlas.

Lamentablemente, en estos tiempos actuales que vivimos, la depresión es mayor debido a que los lazos sociales están dañados y la vida es más difícil. Además, a los padres nos cuesta cada vez más serlo.

La manía y el desafío se hacen evidentes en la velocidad de los autos en las rutas y en la vorágine acelerada en que a veces se viven las vacaciones (sobre todo cuando se visitan lugares nuevos y otras ciudades), en las que parece estar jugándose una carrera contra el tiempo para hacer la mayor cantidad de cosas en el menor tiempo posible.

Otro de los peligros es hacer durante las vacaciones una regresión demasiado profunda, que puede expresarse en conductas de excesiva voracidad (por ejemplo engordar mucho o gastar demasiado dinero), el aislamiento y los accidentes.

 

¿Es bueno desenchufarse de todo?

Para tratar de evitar inconvenientes y situaciones de frustración, es importante no idealizar las vacaciones fantaseando con la idea de desenchufarnos absolutamente de todo, ya que ésto puede ser muy dañino. Las vacaciones no son la solución mágica a nuestros problemas.

Por el contrario, para poder disfrutar es importante prepararse para no ponerse maníaco y para no deprimirse.

Si podemos dejar de lado estas fantasías salvadoras con respecto a las vacaciones, probablemente nos permitamos disfrutar de todo lo que las mismas nos pueden dar: la posibilidad de enseñarles a nuestros hijos a disfrutar de las cosas más simples de la vida, como lo es una mañana de sol, un paisaje, el contacto con la naturaleza, una comida prolongada sin apuros donde podamos charlar, el viaje como momento de despegue pero necesario para descubrir y conocer nuevos lugares, etc.




Además, puede ser una primera experiencia de convivencia, tanto para la pareja que aún no convive, como en el caso de parejas con hijos de otro matrimonio, familias ensambladas, en las que la idea de vivir todos bajo el mismo techo todavía asusta.

 

 

You may also like

1 comment

Celeste Rios 11 marzo, 2018 - 3:11 am

Me gustó mucho la nota!!

Reply

Leave a Comment