Para muchos padres, la hora de alimentar a sus bebés puede ser una verdadera pesadilla. Especialmente cuando tu hijo decide que no acepta bocado alguno o escupe todos las papillas que le das.
Si el viejo truco del avioncito ya no te resulta, lee los trucos que hemos recopilado en este artículo.
Lo primero es no desesperarse.
Es más fácil decirlo que practicarlo, pero si tu hijo percibe que estás nerviosa(o), se va alterar también y la tarea de alimentarlo se hará más difícil todavía.
A distraer al bebé se ha dicho
Segundo, hay que encontrar la manera de divertir al bebé mientras se le da de comer. Aparte del ya nombrado “método del avión”, hay varias maneras de distraer a tu niño.
Una muy efectiva es usar un títere para darle de comer. Lo mejor es usar un títere en forma de guante, como los que se usan a la hora de bañar al bebé, ya que se puede lavar fácilmente.
Si no tienes un títere, puedes hacer uno con un calcetín viejo (las medias deportivas largas son muy buenas). Usa botones de colores para los ojos y lana o cinta para decorar la “cabeza” del títere.
Hay veces en que la distracción hay que realizarla de otra manera. Por ejemplo, puedes cambiar el envase o recipiente de la comida.
Tu bebé puede sorprenderte al ahora decidirse a aceptar la comida que minutos antes rechazaba.
Cuando empieces a darle colados o papillas con cuchara, lo más probable es que le va a llamar mucho la atención el nuevo objeto que le estás metiendo en la boca.
Eso a veces puede ser bueno, pero otras, se convierte en una mini batalla por sujetar la cucharita. Soluciona el problema comprando otra cuchara idéntica para que el bebé juegue con ella mientras lo alimentas.
Cuando hay sabores que el niño rechaza
Pasemos ahora a los problemas relacionados con comidas que tu bebé detesta, pero que necesita comer. Por ejemplo, un puré de arvejas.
Si tu hijo pone puchero, o cierra la boca firmemente, antes de resignarte, prueba este truco: mete la cuchara en el alimento que no le gusta y luego “baña” la cuchara con una comida que sí le guste (como el puré de durazno, por ejemplo). Seguramente tú jamás te comerías semejante combinación, pero muchos bebés aceptan de esa forma comidas que antes no tragaban por nada del mundo.
Otro truco es darle en la mañana, antes que cualquier otro alimento, una cucharada de la comida que tu bebé detesta. Hay estudios que indican que al cabo de 10 días, el niño se acostumbra a comer los alimentos que no le gustaron en un principio.
Eso nos lleva a nuestro último consejo: sé perseverante. Cuando quieras introducir nuevos sabores en la dieta de tu hijo, ten paciencia si los rechaza. Espera un par de días y vuelve a intentarlo. Hay veces que es necesario intentar hasta 15 veces antes de que un niño acepte un nuevo alimento.
No lo regañes. Es normal. Y hay veces en que los bebés rechazan una cierta comida porque les produce malestar o alergia.
Ten paciencia y busca distintas alternativas para asegurarte que tenga una alimentación variada y equilibrada. Para ver qué debe comer tu bebé en distintas etapas de su vida, consulta nuestra tabla con la variedad y edad de incorporación de alimentos no lácteos.
Cucharadas de amor y diversión
¡Aquí viene el avión…! Y una cuchara llena de comida parece volar por el aire para que Tomasito por fin decida abrir la boca.
¿Por qué cuesta tanto que algunos niños coman? Muchos niños parecen estar más interesados en jugar que en comer y después de un par de cucharadas se aburren. Es allí cuando el adulto tiene que darle de comer con ingenio y paciencia.
Según dicen los expertos, más vale evitar las disputas a la hora de comer y ofrecerle al niño pequeñas meriendas seguidas durante el día. A los más pequeños, déjalos que toquen su comida y permanece al lado de ellos mientras comen, cuidando que no se atoren ni se asfixien. Usa tu imaginación e invéntales historias que los distraigan, ya que a esta edad puede ser demasiado esperar que se queden quietos por más de 5 minutos. Si notas que hay ciertos alimentos que a tu niño no le gustan, reemplázalos por otros del mismo grupo nutritivo y si esto no resulta, sírveselos de manera diferente cada vez.
A continuación, les damos algunas ideas para divertirlos a la hora de comer.
• Hormigas en un tronco: Corta y lava tallos de apio de 5 pulgadas o casi 13 centímetros. Rellénalos con mantequilla de maní. Luego coloca encima pasas como si fueran las cómicas hormiguitas.
• La manzana con sorpresa: Lava y corta la parte superior de una manzana dándole la forma de una tapa. Quítale toda la pulpa, rellénala con compota de manzana y luego tápala. Anima a tu niño a que descubra la sorpresa escondida en la manzana.
¡Buena suerte!
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