¿Qué significa lactancia establecida?
Cuando de un bebé recién nacido se trata, y hasta que la lactancia dé indicios de estar establecida (pautada por horarios / rutina), se amamanta a libre demanda. Tal como hablamos en la columna anterior, pero repasemos rápidamente qué es para hablar hoy de la lactancia establecida.
Llamamos libre demanda cuando es el bebé quien decide cuándo, cuánto y por cuánto tiempo toma la teta. Agudizar la observación se hace imprescindible.
Con lo cual, es válido siempre respetar y responder las necesidades y sutiles señales de hambre que el infante pudiera dar, pero si por alguna razón no las pareciera estar manifestando, y han pasado tres horas o poco más desde la última toma, hay que ofrecerle el pecho.
Dentro de lo posible, es siempre la mejor y más acertada opción a favor de la lactancia.
¿Cuáles son estos indicios?
- Que no te duela, ni tengas los pezones enrojecidos o agrietados, con lo cual tu bebé está haciendo una buena prendida.
- Si además es frecuente la producción de leche aumentará.
- Como consecuencia el pequeño recuperará el porcentaje de peso que haya descendido, hasta alcanzar el que tenía al nacer (los bebés antes de nacer acumulan líquidos, que luego irán eliminando)
- Si todo continúa bien, seguirá aumentando de peso de manera sostenida. Logrando probablemente un ritmo constante entre las tomas. (¡Advertencia!: ritmo que también irá cambiando según nuevas necesidades y etapas del crecimiento. Mientras este proceso se desarrolla, la leche materna atraviesa distintas transformaciones en cuanto a volúmenes, consistencia y composición: pasa de “calostral” a “de transición”, hasta finalmente adquirir características de ”leche madura”).
La lactancia está establecida una vez que el tamaño del estómago del bebé va en aumento, conjugando perfectamente lo que puede recibir con lo que tenés para dar.
¿Cuánto tiempo demora en suceder? Promedio, a partir de los quince y hasta los 40/45 días después del nacimiento, obviamente dependiendo de cada díada y de las circunstancias.
También es verdad que hay bebés y bebés; algunos se muestran más demandantes y necesitan que los ayuden a organizarse, otros -más dormilones- quizás haga falta que se los estimule para mamar. Todos sensibles y con capacidad de reaccionar frente a los excesos de estímulos.
¿Sabías que ante lo mismo, algunos se inquietan y/o lloran, otros toman la apariencia similar al sueño profundo para aislarse, y/o la gran mayoría succione para tranquilizarse? La leche materna tiene oxitocina, la hormona de la calma y el bienestar, que las leches artificiales no poseen.
La succión es uno de los reflejos tal como el de la deglución, que los bebés aprenden y maduran dentro de la panza, de vital importancia para su supervivencia. Promueve una organización psicológica, reduce la frecuencia cardíaca y el índice de metabolismo, y eleva el umbral del dolor, entre otros efectos.
Los lactantes chupan por dos grandes razones, por eso hablamos de dos tipos de succión: una efectiva o nutritiva, la que hará tu bebé para obtener el alimento y la otra, la no nutritiva la que le brindará sosiego y placer.
Cada vez que lo amamantes el bebé logra combinar perfectamente ambas para satisfacer sus necesidades, la de obtener el alimento y la de impregnarse de sensaciones de bienestar.
¿Cómo diferenciarlas y la importancia de esto? Lo compartiremos en las siguiente entrega.
