Asesoró: Dr. Federico de Giudice – Médico Obstetra y Dr. Carlos Haidar – Médico Anestesiólogo
Normalmente, un tiempo antes del parto se presentan las famosas contracciones que comienzan con poca intensidad y van creciendo.
La mayoría de las mamás primerizas se preguntan cómo reconocerlas y si serán dolorosas. Por ello, te explicamos cómo son, su periodicidad, qué hacer para que no sean tan molestas y otros consejos que te ayudarán a llegar relajada y bien preparada a ese momento tan importante.
Las contracciones
El útero es un órgano formado en gran medida por fibras musculares, que poseen la capacidad de contraerse y relajarse en forma involuntaria. Fuera del embarazo, el útero presenta contracciones que varían durante el ciclo menstrual, debido a influencias hormonales y nerviosas, conocidas como dolores menstruales.
En el caso de la mujer embarazada se presentan normalmente contracciones, que suele reconocer a partir del quinto mes. Estas contracciones son de baja frecuencia y pueden aumentar con el progreso del embarazo.
En las últimas semanas del mismo pueden observarse desde 1 cada 60 minutos hasta 2 o 3 cada 10 minutos, pero habitualmente se las diferencia de las contracciones de parto por su carencia de ritmo y porque suelen desaparecer en forma espontánea.
Estas contracciones, conocidas como contracciones de Braxton Hicks, son indoloras, pero a veces los estados de elevada tensión nerviosa de la embarazada, al descender su umbral de sensibilidad al dolor, las hace dolorosas.
Es común que la embarazada refiera sentir contracciones seguidas al caminar o realizar alguna actividad física, las cuales desaparecen al estar en reposo.
El preparto
El período previo a la iniciación del parto, conocido como preparto, puede durar minutos, horas, días y aún semanas.
Este período se caracteriza por:
- Aumento de la frecuencia e intensidad de las contracciones de Braxton Hicks.
- Pérdida sanguinolenta por vía vaginal.
- Sensación de plenitud general, pesadez y cambio de carácter.
Durante este período, el cuello uterino cambia lenta y progresivamente sus características, conformando un proceso conocido como “maduración del cuello”.
Muchas mujeres pueden iniciar su trabajo de parto sin las molestias del preparto, y en otras, las molestias del preparto son tan importantes que plantean la duda sobre si la embarazada se halla aún en el preparto o ya se encuentra evolucionando su parto.
¿Cómo reconocer las contracciones de parto?
El trabajo de parto es un fenómeno dinámico, fácil de diagnosticar cuando se halla medianamente avanzado. En este momento las contracciones son cada 3 minutos y tiene 4 cm de dilatación.
La embarazada notará que paulatinamente las contracciones comienzan a sentirse diferentes, con una intensidad que suele ir en aumento, acompañadas de una regularidad en cuanto la frecuencia de las mismas. Notará que aparecen a intervalos cada vez más cortos, al principio cada 10 minutos, y con el transcurso de las horas pasarán a ser cada 4 a 5 minutos.
En general, se recomienda ponerse en contacto con su equipo médico luego de presentar contracciones cada 5 minutos durante 1 a 2 horas. Estos tiempos pueden variar según se trate de embarazadas primerizas o que hallan tenido varios partos.
La duración de las contracciones es algo muy subjetivo porque depende de en qué momento la embarazada se da cuenta de la presencia de las mismas. Comúnmente duran aproximadamente 40 segundos.
¿Qué hacer cuando comienzan las contracciones?
Cuando comienzan las contracciones más molestas, es recomendable recostarse sobre el lado izquierdo del cuerpo, porque de esa forma el útero y la placenta reciben un mayor volumen de sangre que favorece al feto.
En los primeros momentos del trabajo de parto, el diagnóstico en un solo examen puede ser dificultoso o poco claro. En estos casos se invita a la embarazada a concurrir en un tiempo prudencial para ser examinada nuevamente.
¿Cuándo se aplica la analgesia epidural?
En el caso de decidir realizar analgesia en el trabajo de parto por medio de un bloqueo epidural, en general se aconseja realizarlo cuando el cuello se encuentra con 4 cm o más de dilatación, y con la presentación cefálica que apoye sobre el cuello uterino.
Muchas veces y por diferentes motivos, el médico puede decidir adelantar o atrasar la realización de la analgesia epidural, buscando un mejor resultado.
Cabe aclarar que una vez instalado el trabajo de parto es irreversible y desencadena en el parto.
El médico obstetra es quien indica la anestesia epidural. En pacientes primigestas (primer embarazo) y primíparas (primer parto), la analgesia epidural se realiza a partir de los 5 cm de dilatación y en pacientes con más de un parto puede realizarse a partir de los 3 o 4 cm (a modo indicativo).
Cuando las condiciones maternas no son favorables puede realizarse prematuramente la misma analgesia ya que modifica la dilatación del cuello uterino y la relajación de la pelvis permitiendo el descenso del bebé. La indicación principal es la analgesia del dolor de las contracciones. Esta analgesia no debe ser del 100% pues para ello habría que realizar una anestesia más profunda, que interferiría en la mecánica del trabajo de parto, no aportando ningún beneficio para la madre ni para el feto, retardando el nacimiento.
La idea de analgesia epidural para parto es disminuir el dolor entre un 70 a un 90 % y permitir la mecánica normal del trabajo de parto. De esta forma, la futura madre puede colaborar con el obstetra y puede sentir en forma atenuada que está naciendo su bebé.
El procedimiento es sencillo, no doloroso y está monitorizado continuamente el estado tanto de la paciente embarazada como el de su bebé.
En el caso de tratarse de una cesárea, la analgesia con más dosis se convierte en una anestesia para asegurar que el procedimiento sea totalmente indoloro.
3 comments
me encanto
Muy interesante, es muy bueno saberlo para las futuras mamás con dudas! comparto la nota
Muy buena nota y me vino justito para compartirsela a mi hija que esta pasando por todas las dudas de su primer parto! la comparto