La vida de un bebé antes, durante y después de permanecer en el útero materno
¿Alguna vez te detuviste a pensar que el cuerpo humano está hecho a la perfección? Pensemos en el proceso del embarazo y en cómo la unión de dos células dan paso a la vida de un ser humano. ¿No es maravilloso? Una cosa es planificarlo y pensarlo y otra es vivirlo.
Se forma un personita, que vive dentro de nuestro vientre nueve mese y que cada día a día va creciendo y creciendo. Se alimenta de placenta, un órgano por el que le pasamos los nutrientes necesarios para su desarrollo y crecimiento, y que además forma parte fundamental para que el bebé reciba el oxígeno adecuado para poder mantenerse vivo.
Pero, ¿qué ocurre una vez que el bebé sale al exterior? Se dan una serie de cambios en su organismo ante la nueva situación. El recién nacido deja de depender de nuestro cuerpo, en el que ha estado en condiciones especiales, para pasar a un medio donde debe hacer las funciones de su organismo solito sin la ayuda de mamá.
Adaptación neonatal
Estos cambios que el bebé hace del medio intrauterino al medio extrauterino para enfrentar las nuevas condiciones de vida lo llamamos adaptación neonatal en él ocurren distintos aspectos: cambia la circulación fetal a la neonatal y la función que tenía la placenta la sustituyen sus propios pulmones.
La manera que recibe el oxígeno dentro del útero materno es a través de la sangre que circula en el pulmón, expandiéndolos y llenándolos de líquido pulmonar; pero cuando se da el corte del cordón umbilical, el recién nacido realiza su primera respiración. El oxígeno del ambiente es el encargado de mantener la respiración y el líquido de los pulmones es reabsorbido, los pulmones se inflan e inician su trabajo por sí solos, llevando el oxígeno a la sangre y eliminando el dióxido de carbono a través de la exhalación.
El recién nacido
Por otro lado, también se da la adaptación a la temperatura externa. Cuando se encuentra en nuestro útero, el bebé está bajo una temperatura de 37 grados, lo que le permite estar calentito. Tras el nacimiento, no existe esa fuente de calor materna, lo que hace que pierda calor y su piel se torne fría. Esto se da en relación al peso, (entre más bajo peso, más calor pierde), además tiene escaso tejido graso y una piel fina, lo que lo hace más vulnerable a la pérdida de calor y al rápido enfriamiento.
Otra de las adaptaciones que ocurre es que su hígado empieza a funcionar, a pesar de ser un órgano que aún no ha completado su maduración. Generalmente, los niveles que coagulan la sangre están un poco alterados, lo que lo hace más sensible al sangrado, por ello debe administrarse vitamina K, para evitar el sangrado en el recién nacido.
Debe adaptarse también a los cambios del intestino y estómago. Antes lo alimentaba la placenta, ahora debe ser capaz de comer a través de la succión al pecho materno.
Sus riñones aún inmaduros y continuarán su desarrollo. Los recién nacidos generalmente orinan en las primeras 24 horas de vida y un dato curioso es que muchos hacen pis mientras el pediatra les realiza los primeros exámenes. ¡Riñones funcionando! Pero ojo, debes saber que ‘después de la primera micción el bebé puede estar hasta 24 horas sin hacer pis. Y las adaptaciones generales al ambiente se presentan para recuperarse del estrés que les genera el parto: cambia la frecuencia cardíaca, la coloración de su piel, la respiración, la temperatura y la respuesta a los estímulos.
Al nacer los bebés lloran de forma vigorosa y, tras una hora aproximadamente, entran en un período de calma y sueño en el que disminuye la frecuencia cardíaca y la respiración. Unas 4 a 6 horas de que esto ocurra se estabiliza, por lo que su adaptación al medio externo se completa de manera satisfactoria.
Durante este periodo de tiempo, no se recomienda bañar al recién nacido, sino esperar las 24 horas tal como lo recomienda la OMS, ya que ello podría alterar esta adaptación en la que se dan muchos cambios importantes para enfrentar al nuevo ambiente extrauterino.